viernes, 1 de mayo de 2009

Turn Turn









En la historia de la música (como en la de todos los fenómenos) tendemos a mitificar, a ubicar como centrales a ciertas figuras, puntas de lanza, y por cuestiones como esta es que se realzan las grandes cacas de siempre, o se cree mas prolífico a un país que a otro: ¿se mide esto en hits del Billboard, producciones discográficas o numero de interpretes? y para los melomamones ¿Serian las sonoridades mas peculiares, bizarras o aquellos discos mas marginales? Yo no lo se.

Y cada quien tendrá los suyos, aquellas figuras que serán de rompimiento en sus géneros, clásicos de vanguardia y constante cambio a nivel popular en sus distintos países, influenciando y enriqueciendo las escenas. (Piénsese en Spinneta en Argentina, En Dylan y sus USA, En Bowie e Inglaterra)

El caso de Japón, y el desarrollo de su escena de rock (y luego la de géneros afines) es bastante peculiar. La música folclórica y tradicional es conocida en Japón como Enka
Y el Kayo kyoku es mas bien la música popular creada por sus propios músicos. La mirada de Japón hacia occidente (posibilitada por la segunda guerra mundial) fomento (y sigue fomentando) las fusiones musicales, la contradicción, y todos aquellos aspectos que hacen de Japón un hervidero de propuestas extrañas.

Todo este pinche rollote era para hablar de Haroumi Hosono, nacido en a el cual se le ubica por tres proyectos, básicos cada uno en su momento como renovadores del estilo japonés.






En los 70's fue Happy End, donde el flower power y el fantasma del folk gringo se unieron para cuajar en canciones excelentes, enganchadoras, que se pueden oír en el soundtrack de la Coppolesca Lost in Translation.





La segunda fue Yellow Magic Orchestra (YMO), formada por Hosono, Yukihiro Takhashi (ex miembro de Sadistic Mika Band), y el geniecillo Ryuichi Sakamoto; fue la respuesta a Kraftwerk, música electrónica donde kimonos, sintes y robots se dan cita con mucho sentido del humor, harto bailable, pero de mucha sustancia. Llegaron no solo a ser piedra angular para la juventud japonesa de aquel entonces, sino reconocida como influencia directa por gente como Afrika Bambaata, KFL y Cabaret Voltaire.





El tercero es Sketch Show. Un proyecto donde Takahashi y Hosono se reencontraron para entrarle a las nuevas sonoridades (inteligentes, si se les quiere llamar axial), pero aumentándole con la experiencia que les ha dado el camino.

Hosono ha hecho de solista también, y ha colaborado en tal cantidad de discos que seria inútil tratar de hilarlos todos (Fue descubridor del Pizzicato Five y ha trabajado con Bill Laswell)





No hace mucho, y en reconocimiento a su trayectoria, se edito un disco de tributo a sus canciones, y que seria de un disco axial sin un concierto, donde se dieron cita varios convidados a darle con todo a las rolas de Hosono.

De esta manera podemos toparnos a Cornelius tocando con Sakamoto y Takahashi, el sorprendente regreso e Takako Minekawa, Al Van Dyke Parks (mano derecha de Brian Wilson en los Beach Boys y gran cuate del festejado) e incluso al miembro virtual de Sonic Youth y Wilco, Jim O Rourke, que hace mancuerna con su nueva protegida, Kahimie Karie.
Sea entonces este, un pequeño guiño de este lado del globo, al trabajo de Hosono.
Dos tracks de Happy End
Dos tracks de YMO
Dos tracks de Sketch Show
Algunos tracks del tributo